Sin relfexin.

Odio vivir, pero tengo miedo de morir.

No me encuentro en mi mente, creo que he dejado de ser yo. Divago con pensamientos ajenos, deseo agarrar un palo y golpear, golpearla a ella que está caminando por la calle, golpearlo a el que viaja en su bicicleta, deseo romper el cristal de ese auto. Tomar una pistola y comenzar a disparar, en las rodillas, en los homóplatos, en el cráneo; disparar por los ojos y los oidos, reventar las manos con una sola bala, verlos caer inanimados.

Deseo no estar aquí, no tener que soportar los reclamos sociales tan incoherentes. Modelos a seguir, infamias que aceptar, autoridades por sobornar. Esta forma de supervivencia no amerita regocijos, solamente son pruebas, una tras otra, tras otra, tras otra…

Los elementos se únen para limitar la creatividad, el esfuerzo con objetivos comunes, la empatía.

Citas, clientes, profesores, amores, hermanos, amigos, amoríos, vendedoras de caricias, representantes, policías, gobierno, trabajadores, empresarios, niños, emos, darks, skatos, nerds, ñoños… clasificaciones que tienden a denigar la integridad humana, clasificaciones para apuntar el dedo índice hacia los clasificados.

Las riñas no se hacen esperar, desde momentos mentales sin trascendencia, hasta complicadas organizaciones que luchan por un mismo objetivo, creén ser mejores: globalifóbicos, terroristas, judíos, cristianos, católicos, profesionistas, diputados, policías, pandilleros, futbolistas, universidades privadas, universidades públicas, nazis, pieles blancas, negras, morenas, rojas, ricos, pobres, nacos, fresas…

Cansado de esperar por tí, y por tí, y por tí, para que escuches y quites de tus ojos y de tu mente la basura que no permite ver claramente la escencia de ser humano. Cansado me encuentro de encontrar vacío al rededor de las personas cuando se encuentran en multitud…

}{Mack Asaga}{